Les ha pasado que asisten a una capacitación, taller, exposición o simplemente una charla, donde el expositor logra engancharlos de una forma inexplicable, hace que su mensaje sea claramente entendible, como por arte de magia nos vincula y mantiene nuestra atención durante una buen tiempo. Además pasan los días y aún se recuerda del contenido de esa actividad. Estos expositores cuentan con habilidades, algunas desarrolladas otras aprendidas que logran conectar con nosotros casi de forma automática. Por el contrario, otros ponentes que después de 5 minutos de hablar y ya estamos dormidos.
En las presentaciones algunas profesionales, otras de trabajo, políticas o incluso improvisadas, intervienen sin duda 3 elementos claves del expositor para lograr este tipo de rapport masivo: el mensaje, el tono de voz y por ultimo la kinésica o mejor conocida como lenguaje corporal; claramente otros elementos como los audiovisuales suman o restan en sus presentaciones, sin embargo es el expositor y no la presentación audiovisual quien logra potenciar o degradar la transferencia. En esta primer entrega quiero compartirles el poder de comunicación de las manos como parte del lenguaje corporal en una exposición.
Las manos son dos piezas de ingienería espectaculares, cuentan con una precisión impresionante; con ellas podemos sujetar artículos tan pequeños como un alfiler, una semilla de mostaza, un cabello e incluso algunos más pequeños. Sin embargo, la función natural de las manos de asir, sujetar o como satélites del cuerpo que le ayudan a mantener equilibrio y brindar protección a los órganos blandos del sistema axial central (tronco), se fue extendiendo a la comunicación. Dependiendo del contexto cultural de cada país, con el uso y movimiento de las manos puedes expresar mensajes directos o indirectos, conscientes o inconscientes que comunican, ellas pueden mandar un mensaje por si solas; levantar la mano y saludar sin una sola palabra, juntar la palmas al centro, mostrar un puño erguido o simplemente un pulgar arriba dicen más que muchas palabras, o incluso no las necesitan para dar el mensaje.
De todas las partes de nuestro cuerpo, las manos son la que disfrutan de más libertad y reaccionan casi instintivamente a estímulos externos. En la comunicación las manos tienen un rol muy importante que pocas veces detenemos a reflexionar, pero con su uso natural queda en evidencia que aprender el significado incluso subconsciente de su posición y movimientos puede ayudarle a tener una comunicación mucho más efectiva y contundente.
Primeramente les hablaré de las palmas de la manos; las palmas expuestas hacia arriba a la vista, denotan honestidad, franqueza y vulnerabilidad (no tenemos miedo a expresarnos), no hay nada que esconder, puesto que en este movimiento de colocar la palma hacia arriba, o visible, las arterias más importantes del antebrazo quedan expuestas. Es bien sabido que las terminaciones nerviosas en la cara interna del antebrazo son más sensibles por lo que exhibirlas no sólo es una apertura puramente estética, sino también sensorial. Honestidad, extroversión, llamado a la acción son algunos términos que se relacionan con una palma visible. Las palmas hacia arriba producen el efecto (según investigaciones) que el mismo mensaje pueda tener un 40% mas de retención del tema, la misma investigación muestra que el orador con las palmas hacia arriba en la mayor parte de su discurso tuvo mejores adjetivos calificativos de su audiencia al final de la charla. La gente alrededor se sentirá más cómoda y se acercará más a un expositor que constantemente exponga las palmas de las manos.
Cuando las palmas de las manos están hacia abajo mientras se expone, el mensaje es cuatro veces más imperativo que la palma hacia arriba, señales como el saludo a Hitler eran con la palma hacia abajo en señal de autoridad. Mantener el dorso hacia nuestro interlocutor denota desconfianza; estamos acostumbrados a pensar que se puede esconder algo en ella, piense en los ilusionistas o magos que son capaces de crear ilusiones asombrosas ocultando lo que tienen en la palma de la manos; Sin embargo, esta es la posición por defecto en la naturaleza, donde priva la ley del más fuerte.
¿Qué se proyecta entonces cuando escondemos nuestras palmas? Recelo, introversión, incluso un poco de inseguridad. El mismo efecto que provocamos cuando metemos nuestra mano en el bolsillo, que con la excusa de ser una posición de descanso construye la percepción subconsciente de esconder algo o inseguridad.
Uso del dedo indice para señalar o apuntar conscientemente, es una de las expresiones que se atribuye exclusivamente a los seres humanos (aunque este comportamiento se ha visto en Primates) la capacidad de señalar, sin embargo, cuando se está comunicando funciona para llamar a una acción; es el equivalente a “debes hacer“. Como una orden, una dirección que debe acatarse, en medio de una charla, conferencia o reunión el uso de este gesto, será sin duda una instrucción clara, que sea agresiva o no, dependerá del contexto del movimiento y de los demás elementos de la comunicación.
Pasando de las palmas de las manos a los dedos, la apertura de estos también comunican más de lo que creemos y complementan el mensaje de las primeras. La postura natural es la que tenemos cuando las manos estás perfectamente relajadas, como cuando dormimos y los músculos se extienden y abren. Cuando juntamos los dedos a la hora de comunicar un mensaje estamos asumiendo que la audiencia está de acuerdo o avalando lo que se está diciendo, un líder puede estar dando un discurso o hablando en su junta de resultados a su equipo de trabajo y dando algunas sugerencias, y si sus dedos están juntos, su mensaje tiene el peso de acatación, es una instrucción. Si sus dedos están separados, el mensaje es más flexible, participativo y abierto a escuchar. El mismo líder puede estar dando una instrucción, pero al mismo tiempo da espacio para aportes, creatividad e ideas para lograr la meta.
Tenemos así comunicación poderosa únicamente utilizando las manos, con las palmas mensajes de confianza y apertura o desconfianza y rigidez, y la apertura de los dedos Inflexible y Flexible.
La extensión o flexíón de la muñeca, cuando la muñeca está flexionada refleja una actitud tensa, mientras que una muñeca extendida refleja indiferencia.
Un puño cerrado por último, es el gesto más cercano a la agresión y poder; por algo se le relaciona con la violencia y los impulsos básicos del ser humano. En una presentación, el puño debe ser usado sin abusar de él, para no caer en una actitud populista en la que él mismo pierde el mensaje de ímpetu para la masa y se convierte en un agitador de emociones; claro está, siempre y cuando se acompañe de un verbo seductor para las masas, así como, el meta lenguaje y lenguaje avanzado de la PNL que conversaremos en otra entrega.
El lenguaje corporal es un reflejo como te sientes en el momento, es muy poco probable que tengas un estado emocional, mental y físico de mucha euforia, emoción y alegría y mantengas una postura corporal encorvada, con los brazos y hombros caídos, la cara larga y la mirada hacia abajo; de igual forma cuando tu estado es de tristeza, pesar o dolor, tu cuerpo lo expresará con posiciones y kinésica que lo manifiesta. Recientes investigaciones demuestran, que así como, nuestro estado afecta nuestro lenguaje corporal, también funciona al revés , es decir, que si adoptamos una posición de poder, con una kinésica y lenguaje corporal que denotan fortaleza, seguridad, alegría, nuestro estado emocional y mental cambia, de esto hablaremos en el siguiente Blog: EMPODERA TU ESTADO
Fuentes y referencias: Escuela Coaching Lenguaje Corporal, Master Practicioner NLP y Amy Cuddy (el lenguaje corporal moldea nuestra identidad)